3 de diciembre de 2012

La imagen del presidente Enrique Peña Nieto


Jaime Duarte Mtz.,
Socio Director y consultor en Imagen Pública, SIGNUMS


Desde el pasado sábado 1º de diciembre a las 00:01 en que asumió legalmente su nueva responsabilidad constitucional, el presidente de México, el Lic. Enrique Peña Nieto, arranca su gestión en Los Pinos con el pie derecho en términos políticos e imagológicos.


Aunque convienen analizar con calma y detalle a) el nombramiento de su gabinete, b) el anuncio en Palacio Nacional de sus "cinco ejes estratégicos" y las 13 "decisiones presidenciales" y c) el "Pacto por México" (acuerdo político firmado ayer con los líderes de los tres principales partidos del país), estas primeras acciones del nuevo inquilino priísta de Los Pinos envían a los mexicanos, a mi parecer, tres importantes mensajes:

1º Hay liderazgo y gobernabilidad:
El éxito perceptual de un gobierno, como de todo emisor, parte del binomio esencial fondo (acciones) y forma (apariencias). 
Así, respecto a la forma, en sus primeros actos públicos podemos observar en el Lic. Peña lucir impecables vestuarios obscuros, el celoso cumplimiento del protocolo oficial, el respeto al escudo nacional, el manejo correcto de signos y símbolos patrios, el diseño sobrio del logotipo presidencial, la ceremonia de salutación de las Fuerzas Armadas, la moderación en su discurso oficial y el evento republicano en Palacio Nacional, etc. que comunican a la opinión pública autoridad, fuerza, poder y la seguridad de que el nuevo Poder Ejecutivo es respetuoso de las normas y de su propia investidura. (Dicha "liturgia", recuerdo, contrasta y mucho con la asumida por Vicente Fox). 
Sobre el fondo, es prematuro calificar hoy las propuestas del gobierno federal; será la ciudadanía quien las evalúe en su momento. No obstante, los discursos oficiales de este fin de semana están cargados de gran contenido político por las implicaciones y consecuencias que para la vida nacional conllevan.
Diversos sectores aplauden, por ahora, la disposición y actitud de cambio del nuevo Ejecutivo, como la propuesta de acciones prontas y contundentes en materia de seguridad, educación y acuerdo político.
En cuanto al perfil del gabinete presidencial destaca la experiencia política y de gobierno (diferente a los gabinetes panistas de los "head hunters" y "gyamboree") de sus miembros, aunque igualmente el talento y la cuestionada "calidad" de algunos de estos.

2º. Tenemos claridad y certidumbre en el rumbo nacional:
A diferencia del mandatario Felipe Calderón, a quien se le cuestionó mucho en su sexenio y con razón no tomar decisiones con un sentido o dirección basados en un plan en particular, los cinco "ejes" y las 13  "decisiones" presidenciales fijan una agenda concreta, con metas y plazos de cumplimiento. Viables o no, al menos trazan un camino, buscan dar confianza a los mexicanos y centran la atención de los medios y líderes de opinión en su realización. Es la reedición de su exitosa fórmula en el estado de México ("te lo firmo y te lo cumplo"). Con esto, el PRI toma también distancia del PAN otra vez (al no lograr tampoco comunicar las obras o acciones exitosas de su gobierno).
Si bien es cierto que el Congreso deberá aún aprobar  el presupuesto necesario para implementar estas acciones, el gobierno priísta pretende decirnos además: "Vamos cumplir nuestros compromisos de campaña, y queremos hacerlo bien y pronto". Y yo agregaría: "Miren: nosotros sí sabemos gobernar y vamos a hacer muchos cambios, profundos, que ustedes panistas no supieron hacer. Tenemos el oficio y la experiencia política para lograrlo, y para eso hemos regresado, aunque para ello nos veamos en la necesidad de ceder algo de poder. No nos vamos a ir de nuevo jamás".
Un asunto curioso es que en el discurso oficial se omite hablar del "Planes Nacional de Desarrollo", lo cual haría pensar si ese medio se descuidó o definitivamente ya quedó atrás.

3º. Estamos dispuestos al diálogo y a la negociación:
Desde meses antes de tomar protesta como presidente Constitucional, el equipo de Peña Nieto gestionó con los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática un acuerdo político esencial para avanzar en las reformas pendientes. El PRI sabe muy bien que, sin el apoyo mínimo de la oposición, es imposible alcanzar los votos necesarios en el Legislativo para ese fin. El ex presidente Calderón no pudo -por su soberbia y el rechazo sistemático del propio PRI en su momento- conseguir los consensos necesarios para la aprobación de dichas reformas a la ley hacendaria, política y energética.
De esta manera, con la firma del "Pacto por México", firmado por los líderes del PAN y PRD ayer en el Castillo de Chapultepec, es un logro notable del flamante Presidente.
( Ver acuerdo: http://www.presidencia.gob.mx/wp-content/uploads/2012/12/Pacto-Por-México-TODOS-los-acuerdos.pdf )

En síntesis: La nueva administración inicia perceptualmente con elementos claves para la gobernabilidad, como lo son fuerza, rumbo y apertura negociadora, pero enfrenta hoy enormes desafíos nacionales y expectativas altísimas de la ciudadanía que tiene a la clase política en el sótano de la credibilidad. Los retos que el país enfrenta son de tal envergadura que exigen no sólo del Ejecutivo, del Legislativo y del Judicial gran compromiso y disposición, sino también de todos los mexicanos el trabajar unidos por el bien común de México.

Veremos si en los primeros 100 días de gobierno del Lic. Peña Nieto el Congreso de la Unión aprueba el presupuesto federal 2013 que exige altas partidas para atender las nuevas decisiones presidenciales, y si habrá disposición real de la oposición (PAN y PRD) para cumplir con los compromisos asumidos en el "Pacto", que contempla aprobar  las llamadas reformas estructurales (como la energética, hacendaria y política). Yo lo dudo.

De concretarse al menos las propuestas iniciales del nuevo presidente, como de efectuarse en realidad la "transformación" de México a lo largo de su sexenio al avanzar en la consolidación de la democracia, entonces podríamos hablar ya de un "nuevo PRI", como de una nueva imagen, liderazgo y estilo particular de gobernar de Peña Nieto. Antes no es posible hacerlo. ¿Usted qué opina?


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1 de agosto de 2012

Acción Nacional: Entre la renovación y la refundación

Por Jaime Duarte Mtz., investigador sociopolítico y Consultor en Imagen y Reputación

A un mes de las elecciones federales en las que el PAN perdió estrepitosamente la Presidencia de la República, el partido fundado en 1939 por Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna enfrenta en su interior dos grandes posturas encontradas a fin de mantener su control y sobrevivencia: la renovación y la refundación. 

Los medios de comunicación y diversos analistas coinciden que, en las últimas semanas, el presidente Calderón ha estado muy activo reuniéndose con consejeros nacionales con objeto de llevar a la reunión del 11 de agosto la propuesta de refundar al partido. Al mismo tiempo, los medios han dado cuenta también de los encuentros de Gustavo Madero con otros consejeros para votar, más bien, por su renovación.

Calderón desea adelantar la Asamblea Nacional --máximo órgano del partido-- antes de diciembre de este 2012 con objeto de refundar al PAN, y Madero desea que la Asamblea delibere sobre su futuro en mayo de 2013, como está programada por estatutos. 

Por cierto, más de un panista ha levantado la voz para advertir la intromisión de Felipe en la vida interna del PAN, un asunto que llama la atención cuando este partido cuestionó, por décadas, dicha práctica habitual en el PRI. La "línea" impuesta desde Los Pinos, sin embargo, se ha hecho presente en distintos momentos durante el agonizante sexenio calderonista. (Por ello resultó penoso que, ayer, el secretario de Gobernación defendiera el liderazgo de su jefe en el partido).

Pero más allá de analizar y calificar aquí cada una de esas posiciones --ciertamente encontradas entre sí y que van desde aplicar reformas en sus órganos internos y sustituir funcionarios, hasta el rehacerlo desde sus cimientos-- y sea cual fuere la decisión que el Consejo Nacional y, en su momento, la Asamblea General tomen respecto a su rumbo (en este debate entre calderonistas y maderistas), el partido albiazul deberá considerar dos asuntos importantes que, a mi modo de ver, son claves en su deseo de fortalecer su marca devaluada, recuperar el poder y seguir siendo una opción viable de gobierno: su imagen e identidad.

Sobre la identidad del PAN diré que está conformada tanto por sus principios de doctrina como por sus Estatutos. No obstante que su larga trayectoria democrática se ha puesto en entredicho en los años recientes, su "humanismo político" constituye un auténtico baluarte; se trata de un importante diferenciador con respecto a otros institutos. El problema hoy es que el partido, sus cuadros, sus gobiernos y sus líderes abandonaron su propia esencia (dado el origen filosófico y cristiano de su doctrina) y, por lo mismo, su vínculo con la sociedad; dejó de ser motivo de orgullo. La búsqueda por el poder per se se privilegió y la "dignidad de la persona humana" pasó a segundo lugar. 

Lo anterior se traduce en que el público elector dejó de percibir aquellos atributos intangibles del partido; ya no vio ningún elemento en sus miembros o candidatos que le significaran "algo" importante, diferencias sustanciales con respecto a su competencia; ahora, "todos los partidos son iguales..." se escucha con frecuencia.

A la par de lo anterior, sume a ello los arrogantes e involuntarios errores de Calderón, el tema de la inseguridad pública, los ineficaces gobiernos panistas en los estados, los escándalos de corrupción (La Estela de Luz), las traiciones intestinas, los conflictos y divisiones por las candidaturas, las pifias en la campaña de Vázquez Mota (aquí expuestas en su oportunidad), los malos candidatos (Larrazábal) y los legisladores incultos o mediocres (salvo sus honrosas excepciones). En fin... una larga lista de tropiezos o desaciertos.

El segundo de estos elementos que aprecio destacables en la labor de reconstrucción del partido tiene que ver con su imagen y comunicación. En este espacio y en otros blogs personales he subrayado la importancia del tema de la imagen, no en términos de moda, belleza o banalidad, sino en términos de estrategia perceptual. Así, ha sido común en mi labor de consultor, encontrar equívocos en la política de comunicación del gobierno federal y del propio Comité Ejecutivo Nacional, donde, de igual modo, se contrata a "amigos" o "compadres" y no a profesionales en esas funciones.

Dicho de otro modo: El panismo no logró comunicar hábilmente; no supo cómo "vender" sus logros de gobierno (ciertamente importantes) y, en consecuencia, desde su llegada al poder con Fox en el 2000, no consiguió persuadir a la mayoría de los mexicanos acerca de votar por sí como la opción más aceptable para consolidar la transición política a la democracia.

En conclusión: Además de enfocarse en atender otros temas endógenos y exógenos, necesarios para su desarrollo institucional (como la revisión de sus Estatutos, la búsqueda de nuevos cuadros, los mecanismos de elección y su nueva relación con el Ejecutivo Federal) Acción Nacional requiere implementar seriamente un plan estratégico integral de imagen, marketing político, relaciones públicas y de comunicación claro, coherente y convincente con base en su identidad, en su propuesta y en las necesidades de los ciudadanos. 

Si de verdad quiere reponerse de su derrota el 1 de julio de 2012, el PAN tiene que volver a sus orígenes y sacar con humildad, inteligencia y entusiasmo lo mejor de sí. ¿Podrá entonces regresar a Los Pinos en 2018? ¿Sabrá cómo lograrlo? Más de 12 millones de sus electores así lo anhelan. Ya lo veremos. Por lo pronto la "PRI-turadora" tiene aún mucho de qué hablar en los 14 comicios locales a efectuarse en 2013.

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10 de julio de 2012

¿Romperá Peña Nieto con el viejo PRI?


Por Jaime Duarte Mtz., 
Consultor en Imagen y Reputación e investigador socio-político
Tras el triunfo de Enrique Peña Nieto en los comicios presidenciales del 1º de julio de 2012, los distintos actores políticos encaran el desafío de ajustarse a la nueva realidad política nacional y, con ello, a la necesidad impostergable de redefinirse para sobrevivir y competir.
   Con el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a Los Pinos -ya hablaré en otro momento del PAN y del PRD tras su derrota- vuelven a escena también rostros conocidos y recuerdos desagradables.
   Ante esto, la primera pregunta que surge es...
¿Romperá Peña Nieto con el viejo PRI si este le impide consolidar la transición? 
   El "primer priísta del país" dijo en campaña que rompería con el pasado e inauguraría una nueva forma de gobernar. ¿Se trata de un discurso demagógico más o de una firme convicción personal como requisito sine quanon para hacer avanzar al país?
   Porque consolidar la transición -iniciada hace 12 años con la alternancia foxista- implica, por una parte, resolver problemas endémicos y colosales como la inseguridad pública, la pobreza, el desempleo, la falta de educación, etc. y, por la otra, enfrentar necesariamente a poderosos intereses políticos y económicos que han procurado obstaculizarla.
   Como sucedió con Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo en sus respectivos sexenios, Peña Nieto tendrá que enfrentar -tarde o temprano- a las fuerzas retardatarias del PRI que durante décadas frenaron el desarrollo de México. Se trata de la clase política priísta más longeva, corrupta y violenta, conocida también como los "dinosaurios".¿Lo hará?
   Los "dinosaurios" fueron probablemente quienes orquestaron la irrupción zapatista en 1994; asesinaron a Colosio; secuestraron a figuras como Angel Lozada, Alfredo Harp Helú, Joaquín Vargas y Diego Fernández de Cevallos; ejecutaron al Cardenal Posadas; masacraron a 17 campesinos en Aguas Blancas; frenaron el avance democrático por 70 años; impidieron el reconocimiento jurídico de la Iglesia en su momento... en fin: se esmeraron en desestabilizar al país. Hoy, dicen algunos, son mafias que operan en la oscuridad y mantienen estrechos vínculos con el crimen organizado.
   Si Peña desea convertirse en el líder y estadista que México requiere, que deje atrás el recuerdo del conflicto post electoral -bajo la acusación del PRD, de López Obrador y del movimiento #YoSoy132 de que "compró la elección"-  tendrá que "legitimarse" pronto en el ejercicio del poder. 
   El mandato de las urnas (más de 19 millones de votos) le exige al próximo Presidente Constitucional (hombre pragmático y tecnócrata) acciones que den resultados tangibles en sus primeros "100 días de gobierno". Entre tales acciones podría, por ejemplo, comenzar a desmantelar las anquilosadas estructuras de poder y dejar atrás prácticas antidemocráticas que han distinguido a su partido desde su fundación en 1929. Deberá, asimismo, enviar mensajes claros y contundentes a los mexicanos de que en su administración no habrá más privilegios a los poderosos.
   Llevar ante la Justicia a importantes líderes sindicales y a ex gobernadores tricolores acusados de corrupción, como la captura de capos de las drogas y la negociación con el PAN que concrete las reformas estructurales, bien podrían persuadir a la opinión pública y darle puntos a su favor.
   Está por verse, sin embargo, si el Ejecutivo Federal tiene la estatura moral, la voluntad política y las agallas suficientes para desterrar al viejo PRI del poder si este intenta, una vez más, boicotear la transición política a la democracia y buscar más bien la regresión. 
   Y veremos igualmente si los "dinosaurios" están dispuestos a negociar su extinción. Yo no lo creo.

27 de junio de 2012

Así quedan las preferencias electorales rumbo a Los Pinos

Jaime Duarte Mtz., Consultor en Imagen y Reputación

SIGNUMS presenta a ustedes un compendio de los resultados de 8 encuestas nacionales al día de hoy que concluyen las campañas electorales a la Presidencia de la República.


Comentarios:

- Las encuestas, como herramientas de investigación cuantitativa, son diferentes a los sondeos de opinión.
- Las encuestas no son pronósticos ni "bolas de cristal"; son "fotografías" que pulsan el pensar y sentir de la opinión pública en un momento determinado, misma que puede cambiar por la naturaleza de la condición humana.
- Las encuestas son falibles respecto a estimaciones o proyecciones del futuro, como a sus errores estadísticos (de + - 3% a + - 5%). 
- Las encuestas serias realizadas por empresas de investigación (de opinión pública o de mercado) reúnen requerimientos metodológicos y criterios estadísticos en su aplicación; siguen protocolos y están certificadas por organismos de gran prestigio.
- Las encuestas pueden exhibir cifras disímbolas, unas de otras, de acuerdo con los tamaños de las muestras seleccionadas por cada empresa demoscópica, así como a su método de muestreo (entrevista cara a cara, vía telefónica o por internet).
- Las encuestas no deben ser usadas como arma propagandística ni asumirse como verdaderas o falsas en función de intereses personales, partidistas e ideológicos.
- Las encuestas "patito" carecen de nota metodológica y estándares de calidad. Desconfíe de las encuestas que no revelan esta información.

Conclusión:

- El seguimiento previo a las encuestas aquí recopiladas nos permiten observar que existen consistencias en sus resultados. Por tanto, no hay cabida a cuestionamientos acerca de su validez cuando ocho estudios demoscópicos coinciden en las tendencias porcentuales.
- Los resultados de las 8 encuestas que mostramos me permiten afirmar: 1. La opinión pública muestra hoy una preferencia por el candidato Peña Nieto que difícilmente puede cambiar en 4 días, de aquí al domingo de las elecciones; 2. no obstante las preferencias en las encuestas, una votación masiva en las urnas el día de la jornada electoral podría rebasar las previsiones y supuestos acerca de un ganador. Sin embargo, se trata de un supuesto que no puedo sustentar.

Por lo anterior, recomendamos al elector seguir los resultados oficiales del IFE a través de los datos del PREP (acopio de votos) y del conteo rápido (muestra representativa). Visite por favor: http://www.ife.org.mx/

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¿Quién ganará la "guerra perceptual" el 1º julio de 2012?

Jaime Duarte Mtz., 
@JaimeDuarte
Consultor en Imagen Y Reputación e investigador socio-político



Hoy terminan las campañas presidenciales y, con ello, una acendrada "guerra electoral" por el poder político en México. Hablamos, pues, de un período de tres meses de durísima contienda perceptual entre Enrique Peña, Josefina Vázquez, Andrés Manuel López y Gabriel Quadri. ¿Quién se convertirá en el 14º Presidente de los Estados Unidos Mexicanos (desde el origen de los sexenios en 1934)? ¿Quién será el nuevo mandatario que dirigirá los destinos de nuestra Nación?

En la lucha por conquistar la confianza y el voto de más de 79 millones de electores (de acuerdo con el padrón del IFE), la percepción ha jugado un papel fundamental. El ciudadano emitirá su voto el próximo domingo guiado por el posicionamiento ("primera regla de oro" de Ricardo Ohms). Es decir: ¿Con qué se queda cada mexicano de lo que oyó, vio o escuchó en los mítines a través de la propaganda y de los medios de información? ¿Qué es lo primero que vendrá a su mente al momento de tener la boleta en sus manos y marcarla por el partido-candidato de su elección?

Los "cuartos de guerra" saben muy bien que el éxito de su estrategia electoral desplegada durante 90 días dependerá, en gran medida, del posicionamiento que lograron comunicar sus candidatos en todos los Frentes Estratégicos de Batalla Perceptual (aréreo, terrestre, personal, audiovisual y digital). La imagen del candidato jugará hoy, como siempre, un papel clave, si no, determinante.

Veremos si los "compromisos" de Peña Nieto, la idea del "cambio verdadero" de López Obrador, el eslogan "diferente" de Vázquez Mota y el lema del "candidato ciudadano" de Quadri como sus respectivas propuestas terminan por persuadir a sus electores potenciales. Sabremos, también, si la crítica, los ataques y la "guerra sucia" en su contra funcionó, o bien, si sus spots y propaganda terminarán por convencer a los "indecisos". Confirmaremos, igualmente, si en el “top on mind” y en la psicología de la mayoría de los mexicanos las pasadas administraciones priístas (70 años) y panistas (12 años) se olvidaron o prevalecieron.

Al respecto, Ibinariaga y Trad afirman: "La historia de todas las elecciones es también la historia de una lucha entre dos clases de electores: los que quieren que las cosas cambien y los que quieren que las cosas sigan igual".

El candidato de la Coalición Compromiso con México (PRI-PVEM) enfrenta aún el reto de evadir la imagen de un pasado antidemocrático, de un gobierno autoritario y de crisis económicas recurrentes donde el presidencialismo corporativista, clientelar y protector de cacicazgos dominó todo el siglo XX. Lo anterior, acompañado de recientes casos de corrupción y vínculos de ex gobernadores priístas con el narcotráfico. Por ello, Peña Nieto intentó con sus estrategas del "war room" promover una imagen personal y oferta política distinta a los "dinosaurios" y a la "presidencia imperial" (como acuñó Enrique Krauze) que diera la percepción de un "cambio" en el estilo de gobernar y de un líder de Estado capaz de "romper con el pasado", cumplir sus compromisos de gobierno y recuperar el "rumbo perdido" del país. ¿Conseguirá de verdad erigirse perceptualmente como el hombre que transformará México, que romperá con el viejo régimen e insertará al país en la modernidad? Seis años de carrera por llegar a Los Pinos (desde el gobierno del estado de México) le han otorgado una ventaja demoscópica suficiente para, tal vez, triunfar el 1º de julio pese a la “piedrita en el zapato” del movimiento estudiantil (obradorista en su mayoría) #YoSoy132.

La candidata del Partido Acción Nacional, por su parte, representa -lo quiera ella o no- la continuidad de la administración actual. Pese a las notables fortalezas en materia económica y a los históricos avances en Salud y obra pública del Presidente Calderón, las más de 70 mil muertes que la oposición le adjudicó en campaña, producto de su combate al crimen organizado, sumadas a las increíbles pifias de su gabinete de Seguridad (por los pretendidos "peces gordos" que no capturó) han pesado perceptualmente demasiado y son importantes lastres en la imagen de Josefina Vázquez Mota. Asimismo, la torpe conducción inicial de su campaña -responsabilidad completa de sus estrategas y del CEN- más la división interna, las renuncias públicas por las candidaturas y sus propias fallas magnificadas todas estas por los medios, repercutieron de manera negativa en la opinión pública, que la percibió como una candidata débil e incapaz de gobernar la Nación. (Sumemos a esto la marcada incompetencia del panismo para comunicar los logros de sus gobiernos). No obstante la atinada rectificación del “cuarto de guerra” (evidente, por ejemplo, en el Segundo Debate) esta llegó tarde. Su posición hoy en las encuestas frente a López Obrador (arriba o abajo de él) hacen pensar a muchos (aún a su “voto duro”) en el llamado “voto útil” a favor de Peña. ¿Logrará entonces Vázquez Mota el "milagro" de ganar la elección como el (“traidor”) ex Presidente Vicente Fox afirmó?

Andrés Manuel López Obrador, líder de la Coalición Movimiento Progresista (PRD-PT-MC) aparece hoy en el segundo lugar de las preferencias electorales. Gracias a la asesoría de su “gabinete alternativo”, a su intacta estructura de movilización, a los recursos y consejos del empresario Alfonso Romo, etc., el candidato de las izquierdas ha logrado mitigar considerablemente su imagen de político rebelde, a seis años de "mandar al demonio a las instituciones". Ahora, gracias a su "República Amorosa" (que no sabemos aún qué es), a un discurso moderado, a la suma a su equipo de importantes empresarios (del Grupo Monterrey), etc. ha intentado modificar su imagen de “peligro para México”. Sin embargo, su presunción de “honestidad valiente”, como principal atributo personal, ha sido cuestionada (tras el escándalo por el “pase de charola”). Su participación gris en los tres debates –más allá de sus carencias discursivas— despierta múltiples dudas como estadista. Asimismo, la veracidad de su “amor” se pone en duda por los desmanes provocados por sus grupos afines y violentos como el SME, la CNTE, el STUNAM, etc. (solapados por Marcelo Ebrard). Ello, sin contar su soberbia para no aceptar sus propios errores, la autoría de sus encuestas, la opacidad en las fiananzas de su fundación y su aviso anticipado de fraude. Me pregunto: ¿Está listo AMLO para gobernar? ¿Es el rijoso de siempre o el nuevo "amoroso"? ¿Los mexicanos ya lo perdonamos por el conflicto post electoral de 2006? ¿Los mercados financieros se mantendrán incólumes ante su arribo porque dejó de ser un "chivo en cristalería"? ¿Respetará los resultados en las urnas si pierde? Son tantas las interrogantes que a mí definitivamente no me convence.

Finalmente, sobre el candidato del Partido Nueva Alianza, Gabriel Quadri, diré que la estrategia inicial de sus asesores funcionó, a reserva de confirmarlo en las urnas. No obstante que definitivamente no será Presidente –al ocupar el último sitio en las encuestas— su objetivo de acercar a nuevos electores y posibilitar la conservación del registro de su partido se estima posible. Veremos entonces si su estrategia de diferenciación o de contraste le funcionó al presentarse como un aspirante académico o “ciudadano” y no como un “político”; al cuestionar directamente a Josefina y Andrés Manuel (excepto a Peña Nieto) y al proponer avanzar en las “reformas estructurales”. Lamentablemente para su causa, la incómoda sombra de la profesora Elba Esther Gordillo que lo acompañó a lo largo de su campaña le restó credibilidad. ¿Quién puede suponer lo contrario cuando, tras negarlo en el Segundo Debate, se informó al día siguiente que el hijo de Quadri es hoy el candidato suplente a Diputado Federal del nieto de la líder sindical del SNTE? Ya se rumora que Gordillo pidió votar por Enrique Peña como presidente, debido a un “pacto en lo oscurito con el PRI” (pese a su “rompimiento” visible en enero de 2012).

En pocas palabras, cada candidato presidencial podría representar actualmente la regresión, la transición o la involución. ¿Quién les parece que se ajusta mejor a cada etapa? Un dato más: Un Congreso dividido y mezquino podría, nuevamente, retardar los avances largamente esperados.

Si bien la realidad social es compleja y los comportamientos humanos difíciles de prever, al menos 6 empresas demoscópicas nos muestran que la opinión pública ya casi decidió quién desea que ocupe la silla presidencial el 1 de diciembre de 2012. Y si las tendencias o preferencias se mantienen, se perfila un ganador, a menos que la “mayoría silenciosa” se “robe” sorpresiva y democráticamente la elección. Hoy lo veo muy difícil, a diferencia de hace seis años que sí ocurrió.

En este escenario, no podemos soslayar el fantasma de “Colosio”, las amenazas del crimen organizado a varios candidatos locales, el amague de Anonymous con “hackear” la página del IFE si detecta fraude, la compra del voto y la violencia electoral; hay un ambiente muy crispado. Es la “real politik” mexicana. Si bien es plausible la intención de la convocatoria, no es suficiente firmar un “pacto de civilidad” para garantizar la paz y tranquilidad de la jornada electoral.

Los pendientes de nuestra Nación son muchos aún. Los desafíos que se vislumbran en el horizonte próximo son grandes y amenazadores también (crisis severa del euro, posible colapso del dollar, nuevo conflicto regional en Medio Oriente). Con franqueza lo digo: No veo en ninguno de los actuales candidatos presidenciables al hombre o a la mujer que tenga el liderazgo suficiente para enfrentar los extraordinarios retos, ni encuentro la estatura moral deseable para lograr la unidad nacional, ni tampoco detecto la capacidad personal para consolidar la transición política, económica y social de Mexico en esta primera mitad del siglo XXI.

Aún así debemos votar; la abstención no es opción. Lástima que en nuestra incipiente democracia tengamos que elegir al “candidato menos malo". Gane quien gane la “guerra perceptual” al triunfador le quedará grande la banda y la silla presidencial.

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25 de mayo de 2012

La imagen del movimiento #YoSoy132

Jaime Duarte Mtz.
Investigador y Consultor en Imagen Pública de SIGNUMS



Surgido a raíz de las críticas de los líderes del PRI a los estudiantes de la Universidad Iberoamericana tras la visita del candidato presidencial Enrique Peña Nieto (el viernes 11 de mayo), a quienes señalaron de revoltosos y manipulados por López Obrador y el PRD, el movimiento #YoSoy132 ( http://yosoy132.mx/ ) se alza como un factor que podría influir de manera importante en los resultados de las elecciones del 1 de julio de 2012.


¿Quién iba a prever hace al menos una semana que una crítica de Joaquín Coldwell provocara la entusiasta reacción pública de miles de jóvenes de universidades públicas y privadas? ¿Qué analista político o sociólogo anticipó hoy una movilización que cuestiona al ex gobernador del estado de México, a Televisa, a las encuestas y a otros medios de comunicación por "manipular" y "desinformar" a la opinión pública?


Distintos hasta hoy al movimiento estudiantil del '68, a los "ocupados" e "indignados" en otras épocas y latitudes occidentales, el "despertar" juvenil va en aumento, como bola de nieve, y amenaza con golpear a otros destacados e impunes actores de la vida política nacional: ex gobernadores, ex presidentes, líderes sindicales corruptos, etc.


Entre sus demandas están: "Manejo de información honesta"; equilibrio informativo en los medios; "apaga la tele, enciende tu mente"; "proceso democrático limpio y honesto por parte de candidatos, instituciones y medios", etc. Y quizá su agenda se extienda después a otros temas como empleo, educación y seguridad.


Declarados como apartidistas pero no "apolíticos", estos chicos han sacado un extraordinario provecho de las llamadas "redes sociales", especialmente de Twitter, y han llamado también la atención por lanzar hasta un código de ética propio en el cual el uso de la violencia está descartado. (Con esto, también toman distancia de grupos radicales de ultra izquierda como el SME o CNTE). Así, han dado muestras inéditas de orden y civilidad. Ello, sin mencionar su interesante dosis de creatividad y espontaneidad.


Bajo la bandera principal de un "México mejor", este insurgente y genuino movimiento estudiantil -que no cuenta con líderes visibles, por cierto- tiene el reto de fortalecer su credibilidad (pues hay aún estratos y segmentos de la población que no acaban de confiar en él) para ampliar más su crecimiento. Asimismo, corre el riesgo de de parecer una mera irrupción momentánea fruto del hartazgo y la decepción (totalmente comprensible) si se deja manipular e infiltrar por otros intereses y deja de mirar al futuro más allá de la coyuntura electoral del 2012.


Por supuesto que aún hay muchas preguntas acerca de su futuro y de su organización, como de qué partido político capitalizará sus postura antiPeña Nieto. ¿Será Josefina o será Andrés Manuel?


Pero a un mes y 5 días de los comicios y elección presidencial ya se verá qué tanto impacto provocan estos jóvenes con sus demandas, foros, marchas, tweets, boicots, en la conciencia y en la conducta de la opinión pública nacional. Por ahora, hay que observarlos y solidarizarnos con ellos, y desear que este incipiente "despertar" ciudadano continúe encausado y sea el comienzo de cosas buenas para México; ya veremos.


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23 de abril de 2012

El galán, el amoroso y la ambigua. La imagen de los candidatos


Entrevista a Jaime Duarte Mtz., estratega perceptual de SIGNUMS

Ahí van los tres: más pendientes del espejo que de las ideas. Se proyectan antes como productos de mercado que como contendientes a la Presidencia del país. El papel de los imagólogos. Los discursos vacíos. Los pasados oscuros. Una comparsa de máscaras ocultando defectos y verdades.
Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto representan ya “marcas construidas”. El primero proyecta experiencia, con una apariencia personal algo anticuada. El segundo explota su figura de galán de telenovela con un proyecto fugaz. Y quien no ha terminado de definirse es Josefina Vázquez Mota, explica Jaime Duarte, imagólogo del Colegio de Consultores e Imagen Pública.
Los imagólogos, agrega Duarte, se han encargado de fabricar la imagen de los tres candidatos a Presidente de la República. Todos tienen claroscuros que corregir. A Peña Nieto creíamos conocerlo, pero “no supo decirnos qué libros le gustaban. Eso generó muchas dudas, pese a su fortaleza: la apariencia física”...

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12 de abril de 2012

¿Cómo perder una elección presidencial en 10 días?

Jaime Duarte Mtz., 
Analista sociopolítico y consultor en imagen política



Todo buen experto en campañas sabe que existen errores (imperdonables) que, una vez cometidos en la contienda, no sólo serán ya muy difíciles de enmendar, sino que influirán de manera negativa en el resultado final de la elección.
Pero dentro de los partidos existen "especialistas" cuya soberbia intelectual arruina la campaña aún antes de iniciar. Su acendrada sordera y ceguera política elevan la magnitud del desastre; no hacen otra cosa más que estorbar y acelerar, con ello, la estrepitosa derrota de su candidato.
A continuación brindo 15 tips para conseguir estropear una campaña política, desalentar el "voto duro" y... perder la elección fruto de la suplantación de profesionales y de las decisiones de "asesores" neófitos:



1. Destroce a los compañeros de su partido en la competencia interna; espíelos y hable mal de ellos frente a los medios. De este modo podrá "contar" después con su "apoyo" irrestricto tras su nominación. ¡Total! Es mejor ganar antes a como dé lugar y, luego, disculparse con ellos.


2. Divida al partido con "imposiciones" venidas de la dirigencia y postule candidatos de dudosa reputación. La "disciplina" y obediencia están primero que la sensibilidad, el consenso y el sentido común de la militancia pues, para eso lo eligieron líder del partido, ¿verdad? Marcar rumbo, dirección...


3. Nombre coordinador de campaña a su brother u "operador político" que facilite las negociaciones en su equipo de campaña y lleve en paz la fiesta en el "cuarto de guerra". Si falla, nómbrese a usted el "jefe" de la misma. La idea es que se vea que usted tiene todo articulado y bajo control del "fuego amigo".


4. Organice la toma de protesta "masiva" del candidato y menosprecie a la militancia en el acto. Sí, llegue y comience siempre tarde sus actos ya que sus fans "son incondicionales" y los ciudadanos lo esperarán el tiempo que usted guste (pese al sol o a la lluvia); para eso les pagamos el camión y les damos la despensa o el lunch, ¿no?


5. Contrate a despachos de "imagen" sin experiencia laboral ni formación académica que prescindan de metodología y ciencia en su quehacer. No importa que su vestuario cambie todos los días de estilo ni que su teñido de cabello se modifique varias veces también. Todos le dirán que se ve "radiante", joven y bello(a). ¿A quién le gusta verse diario igual?


6. Olvide definir la estrategia de campaña, el posicionamiento del candidato, la oferta política, el mensaje y las necesidades de su público meta desde el principio. Así, el público elector -entre los cuales están los llamados "indecisos"- tendrá "claro" qué propone y a dónde va. Dará "rumbo" y "dirección" plena a su campaña.


7. Guíe entonces su campaña mejor por lo que "le late", con base en su puro "ojímetro", lo que le dice su familia o su almohada. Tome así decisiones sin cálculo ni estrategia previa. Niegue o desprecie entonces los resultados de los estudios de opinión, pues sólo las empresas demoscópicas que usted contrató dicen la verdad acerca de usted. ¡Ah! y repítase todos los días: "Espejito, espejito: ¿verdad que soy el más bonito"? 


8. Descuide todos los Frentes Estratégicos de Batalla Perceptual; no todos son importantes. Además... no hay dinero que alcance para invertir en profesionales que se enfoquen en cada una de estas áreas y elaboren así su discurso, construyan su sitio web, armen la defensa del voto, diseñen su propaganda, redacten boletines de prensa, etc.


9. Pida al equipo de diseño que elabore sus distintas piezas de comunicación sin guardar una identidad gráfica entre sí ni coherencia con su mensaje. No pasa nada si el material visual como flyers, espectaculares, folletos, etc. son distintos en la foto, imágenes, logo... así se entienden..


10. Transmita spots de su campaña centrados sólo en usted, en su persona y en sus logros individuales. Deje en claro a todos que "nadie le regaló nada", que su éxito es únicamente gracias a usted y que por ello merece gobernar. O bien: a) ofrezca su mano franca a la ciudadanía en señal de reconciliación (sin pedir expresamente perdón) para que le crean, aunque apoye a grupos ultra radicales que paralicen la ciudad; b) búrlese de sus rivales pero no de quien le designó (democráticamente) y ¡nunca pida el voto en su favor!


11. Rompa con el gobierno en turno, sobre todo si es de su mismo partido. Los ciudadanos entenderán -nítidamente- que usted es un candidato "diferente", mejor... ¡excepcional! Cuando desee usted destacar los beneficios que el elector recibirá al votar por su fórmula, tendrá una buena referencia y justificará mejor su deseo de "cambio" o "continuidad". ¡Ah! De vez en cuando diga algo "bueno" de este para no confundir a la oposición.


12. Despreocúpese porque su candidato se muestre incompetente cuando le pregunten algo sobre cultura general, se vea débil o enfermo (por la presión, claro), desconfiable por sus antecedentes o hasta simpático para el cargo al que aspira. La realidad es que usted "es la mejor opción" por sus atributos, competencia o experiencia. Quizá despierte así más certeza, confianza, simpatías o compasión. ¡Nadie es perfecto! Eso sí: No olvide calificar de "pelusa" al pueblo; no sabe este reconocer su propio valor personal.


13. Informe a la opinión pública "sus" logros de gobierno con cifras polémicas o promesas incumplidas para ser acusado de "mentiroso". "¡Caray! ¿Quién se va a tomar la molestia de investigar la verdad y revisar si cumplí o no tales compromisos? ¡Qué flojera! Los medios de comunicación sólo ven lo malo de mí y no reconocen mi trayectoria impecable, ganadora y austera".


14. Hable de todos los temas sin orden ni consistencia, como los sienta, y responda todas las preguntas de la prensa; al fin y al cabo todos se acordarán de sus propuestas y recordarán mejor qué dijo. Por lo mismo, diga qué propone pero no cómo lo hará pues podrían "fusilarse" sus iniciativas, se le acabará el discurso y ya no podrá argumentar nada para debatir. 


15. Tómese todo el tiempo que quiera en intentar justificar por qué la campaña va mal. Señale adentro y afuera a los culpables de su situación, culpe a la prensa y no se asuma como responsable. Exprese verbalmente que todo está bajo control, que el "golpe de timón" fue a tiempo y que todo marcha de maravilla, aunque su lenguaje corporal (voz, gestos, ademanes, postura, actitud, vestuario... digan otra cosa.


Cualquier parecido con la realidad... 


¿Ya puede vislumbrar con estos tips quién ganará o quiénes perderán el 1º de julio?


Continuará...

9 de abril de 2012

Josefina no es Messi; su campaña, con todo en contra

Jaime Duarte Mtz.


Tras los cambios realizados hoy en el equipo de campaña de la candidata del PAN a la Presidencia de la República con la incorporación de nuevos liderazgos y la redefinición de su estrategia electoral, subsiste la pregunta: ¿Podrá Josefina Vázquez Mota recuperar el tiempo perdido en su campaña tras su "viacrucis" de Semana Santa? Más aún, el "golpe de timón" que anunció ¿será suficiente para lograr reposicionarla en la contienda frente a Peña Nieto como una mujer competitiva y digna del cargo al que aspira?


Si aceptamos la metáfora de que una campaña política es una "guerra electoral" -como señalan los expertos en el tema José Adolfo Ibinarriaga y Roberto Trad Hasbun- entonces "Chepina" y el panismo cedieron terreno a sus competidores en varios frentes tras sus propios tropiezos. Y apenas arranca esta "guerra", ¡ya hubo bajas!


Una muestra clara de lo anterior lo fue el crecimiento en las preferencias de Peña Nieto según las últimas encuestas, como también de López Obrador (quien se acercó unos puntitos al PAN). [Ver la "encuesta de encuestas" de ADN Político: http://www.adnpolitico.com/encuestas].


Vamos a poner atención en los ajustes importantes que, se afirma, realizó en los distintos Frentes Estratégicos de Batalla Perceptual (como así he denominado), por ejemplo, en el posicionamiento de su imagen personal, en comunicación, en la propaganda, en la propuesta, en el discurso, en la logística, en la estructura de organización, etc. De este modo sabremos si el PAN desea recuperar el terreno perdido en la mente del elector y mostrar a Vázquez Mota como una mujer competitiva, fuerte y dispuesta realmente a ganar. (A propósito: No se entiende el por qué del lema "DIFERENTE").


Así, Josefina y el albiazul enfrentan el mayor reto de su vida en aras de retener el poder, con todo en contra:


- Coordinar inteligentemente los esfuerzos, talentos y liderazgos panistas (¿reúne Roberto Gil Zuarth ese perfil? Hay muchos "generales" en el cuartel de la colonia Del Valle)
- Mostrar mayor poder de convocatoria y entusiasmo en su campaña (si los "fans" se van del estadio azul cuando su estrella comienza a cantar, pues...)
- Recuperar la confianza de su "voto duro" (no están del todo convencidos acerca de su candidatura)
- Atraer el voto de los "indecisos" (más de 8 millones de nuevos votantes, respecto a 2006)
- Cerrar heridas y filas en el panismo todo (ante la división, apatía y rebelión internas; requieren más "tropa" y está harta)
- Saber "vender" o comunicar a la ciudadanía los logros del Gobierno federal (ciertamente ha habido aciertos, no sólo fracasos; hacerlo sin romper con Calderón y comunicar tampoco continuidad)
- Enfrentar el trato desigual de los medios (como Televisa) y la crítica agria de los líderes de opinión (que se han mostrado más duros en las fallas de Josefina y de su equipo, en comparación con los yerros de Enrique Peña, Andrés Manuel y, aún, de Quadri)
- Alcanzar y rebasar en las preferencias electorales a Peña Nieto (había venido aumentando en las encuestas tras su triunfo en la contienda frente a Cordero y Creel, pero hoy hay casi 20 puntos de distancia)
- Convencer finalmente a la opinión pública y al electorado nacional (más de 79 millones de votantes) de que ella será la primera mujer que se siente en la Silla Presidencial.


Y todo esto conseguirlo ...¡en dos meses y tres semanas!


En efecto, Josefina no es Messi y el PAN no es el Barcelona (que sí podrían alcanzar al Real Madrid en su lucha por el título, dada su poderosa "máquina" futbolística). En un escenario ideal podrían ganar y consolidar la transición a la democracia si superan dichos obstáculos en su camino hacia Los Pinos.


¿Lo lograrán? Yo francamente lo dudo.



3 de abril de 2012

La imagen política de los candidatos a la Presidencia de la República y de los candidatos a Jefe de gobierno del D.F. (Entrevista a Jaime Duarte para la revista Campaign & Elections (marzo-abril 2012)