1 de agosto de 2012

Acción Nacional: Entre la renovación y la refundación

Por Jaime Duarte Mtz., investigador sociopolítico y Consultor en Imagen y Reputación

A un mes de las elecciones federales en las que el PAN perdió estrepitosamente la Presidencia de la República, el partido fundado en 1939 por Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna enfrenta en su interior dos grandes posturas encontradas a fin de mantener su control y sobrevivencia: la renovación y la refundación. 

Los medios de comunicación y diversos analistas coinciden que, en las últimas semanas, el presidente Calderón ha estado muy activo reuniéndose con consejeros nacionales con objeto de llevar a la reunión del 11 de agosto la propuesta de refundar al partido. Al mismo tiempo, los medios han dado cuenta también de los encuentros de Gustavo Madero con otros consejeros para votar, más bien, por su renovación.

Calderón desea adelantar la Asamblea Nacional --máximo órgano del partido-- antes de diciembre de este 2012 con objeto de refundar al PAN, y Madero desea que la Asamblea delibere sobre su futuro en mayo de 2013, como está programada por estatutos. 

Por cierto, más de un panista ha levantado la voz para advertir la intromisión de Felipe en la vida interna del PAN, un asunto que llama la atención cuando este partido cuestionó, por décadas, dicha práctica habitual en el PRI. La "línea" impuesta desde Los Pinos, sin embargo, se ha hecho presente en distintos momentos durante el agonizante sexenio calderonista. (Por ello resultó penoso que, ayer, el secretario de Gobernación defendiera el liderazgo de su jefe en el partido).

Pero más allá de analizar y calificar aquí cada una de esas posiciones --ciertamente encontradas entre sí y que van desde aplicar reformas en sus órganos internos y sustituir funcionarios, hasta el rehacerlo desde sus cimientos-- y sea cual fuere la decisión que el Consejo Nacional y, en su momento, la Asamblea General tomen respecto a su rumbo (en este debate entre calderonistas y maderistas), el partido albiazul deberá considerar dos asuntos importantes que, a mi modo de ver, son claves en su deseo de fortalecer su marca devaluada, recuperar el poder y seguir siendo una opción viable de gobierno: su imagen e identidad.

Sobre la identidad del PAN diré que está conformada tanto por sus principios de doctrina como por sus Estatutos. No obstante que su larga trayectoria democrática se ha puesto en entredicho en los años recientes, su "humanismo político" constituye un auténtico baluarte; se trata de un importante diferenciador con respecto a otros institutos. El problema hoy es que el partido, sus cuadros, sus gobiernos y sus líderes abandonaron su propia esencia (dado el origen filosófico y cristiano de su doctrina) y, por lo mismo, su vínculo con la sociedad; dejó de ser motivo de orgullo. La búsqueda por el poder per se se privilegió y la "dignidad de la persona humana" pasó a segundo lugar. 

Lo anterior se traduce en que el público elector dejó de percibir aquellos atributos intangibles del partido; ya no vio ningún elemento en sus miembros o candidatos que le significaran "algo" importante, diferencias sustanciales con respecto a su competencia; ahora, "todos los partidos son iguales..." se escucha con frecuencia.

A la par de lo anterior, sume a ello los arrogantes e involuntarios errores de Calderón, el tema de la inseguridad pública, los ineficaces gobiernos panistas en los estados, los escándalos de corrupción (La Estela de Luz), las traiciones intestinas, los conflictos y divisiones por las candidaturas, las pifias en la campaña de Vázquez Mota (aquí expuestas en su oportunidad), los malos candidatos (Larrazábal) y los legisladores incultos o mediocres (salvo sus honrosas excepciones). En fin... una larga lista de tropiezos o desaciertos.

El segundo de estos elementos que aprecio destacables en la labor de reconstrucción del partido tiene que ver con su imagen y comunicación. En este espacio y en otros blogs personales he subrayado la importancia del tema de la imagen, no en términos de moda, belleza o banalidad, sino en términos de estrategia perceptual. Así, ha sido común en mi labor de consultor, encontrar equívocos en la política de comunicación del gobierno federal y del propio Comité Ejecutivo Nacional, donde, de igual modo, se contrata a "amigos" o "compadres" y no a profesionales en esas funciones.

Dicho de otro modo: El panismo no logró comunicar hábilmente; no supo cómo "vender" sus logros de gobierno (ciertamente importantes) y, en consecuencia, desde su llegada al poder con Fox en el 2000, no consiguió persuadir a la mayoría de los mexicanos acerca de votar por sí como la opción más aceptable para consolidar la transición política a la democracia.

En conclusión: Además de enfocarse en atender otros temas endógenos y exógenos, necesarios para su desarrollo institucional (como la revisión de sus Estatutos, la búsqueda de nuevos cuadros, los mecanismos de elección y su nueva relación con el Ejecutivo Federal) Acción Nacional requiere implementar seriamente un plan estratégico integral de imagen, marketing político, relaciones públicas y de comunicación claro, coherente y convincente con base en su identidad, en su propuesta y en las necesidades de los ciudadanos. 

Si de verdad quiere reponerse de su derrota el 1 de julio de 2012, el PAN tiene que volver a sus orígenes y sacar con humildad, inteligencia y entusiasmo lo mejor de sí. ¿Podrá entonces regresar a Los Pinos en 2018? ¿Sabrá cómo lograrlo? Más de 12 millones de sus electores así lo anhelan. Ya lo veremos. Por lo pronto la "PRI-turadora" tiene aún mucho de qué hablar en los 14 comicios locales a efectuarse en 2013.

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