4 de febrero de 2015

3 retos perceptuales de cualquier candidato político hoy

Por Jaime Duarte Mtz.
Socio Director de SIGNUMS Imagen y Reputación
@JaimeDuarte
www.jaimeduarte.com.mx

¿Será usted candidato a regidor, síndico, alcalde, diputado local, diputado federal o gobernador? ¿Desea triunfar en los próximos comicios en su localidad?

A continuación le comparto tres retos que, en términos de imagen política, debe usted considerar si desea verdaderamente triunfar:

1. Recuperar la credibilidad ciudadana:
     Desde hace más de diez años Consulta Mitofsky realiza su Índice de Confianza en las Instituciones, donde observamos -sin cambio- cómo los partidos políticos, los diputados y los senadores han ocupado los últimos lugares en la tabla, en una lista de más de 17 organizaciones públicas y privadas. Puede consultar su más reciente encuesta aquí.
El dispendio, la corrupción, la injusticia, la impunidad, la arrogancia, el enriquecimiento ilícito, etc., etc. de los legisladores y autoridades han influido negativamente -durante años- en su crisis de credibilidad. Así, el escenario de un histórico abstencionismo en las urnas es altamente probable. El hartazgo ciudadano hacia la clase política mexicana no tiene parangón. Sume a ello la estricta vigilancia y crítica aguda de las ONG's y OSC's hacia la conducta y postura de los actores políticos en México y aceptará que, aún la victoria electoral no es suficiente para persuadir a la opinión pública.

2. Distinguirse de la competencia partidista:
     Cientos de candidatos tendrán que diferenciarse cada uno de sus oponentes durante sus campañas políticas si no quieren ser confundidos, o bien, ignorados. Pero lograrlo no es una tarea fácil pues hoy ya no es suficiente hacerlo bajo determinado color partidista, ni tampoco por las formas tradicionales empleadas hasta hoy en la contienda electoral: Recurrir al otorgamiento de despensas, por ejemplo, bajo la observancia de los medios y la lente del teléfono del ciudadano es más complicado que antes.
Tanto la oferta política, como la buena reputación personal serán importantes como formas claves de distinción en la contienda, pero serán insuficientes si carecen de una estrategia creativa y eficaz de comunicación y relaciones públicas. Sí, verse guapo o guapa influye aún entre el electorado, como el ser percibido(a) honesto(a), pero la apariencia puede jugar una mala pasada si se le percibe sospechoso(a) y es descubierto(a) como corrupto(a); terminará así por hundir su prestigio para siempre.

3. Superar la congestión informativa:
     Además de la propia disputa electoral -donde un partido político deberá enfrentar a otros de distinto signo al suyo en un área geográfica determinada- el "suspirante" habrá también de competir por captar la atención y preferencia de los ciudadanos que todos los días reciben millones y millones de mensajes simultáneos a través de los medios de comunicación. Tal saturación informativa amenaza con diluir o debilitar el mensaje político si consideramos que, por naturaleza, nuestro cerebro tiende a filtrar solo unos pocos mensajes que en realidad le interesan. Invertir más en propaganda para evitar ser usted "spam humano" no necesariamente garantiza el triunfo; también puede ser mal visto(a) por derrochar tanto recurso.

En efecto: diseñar y operar una astuta y eficaz estrategia de movilización del voto para la jornada electoral es igualmente decisiva para ganar la elección.

En síntesis, el recuperar la confianza del elector, distinguirse de la competencia y superar con éxito la congestión informativa son retos formidables que tendrá que enfrentar en un contexto de crispación social. Sin embargo, usted podrá salir avante de ello si además de añadir herramientas típicas como el marketing, las relaciones públicas y la comunicación, suma a la "imagen" como disciplina formal y a un consultor profesional en su gestión. De este modo la organización de su campaña y, "cuarto de guerra", estará más completo.

Estamos a sus órdenes para asesorarle y lograr en usted una imagen política triunfadora. Téngalo muy presente: el "nuevo" campo de batalla a conquistar es la mente y corazón del elector.

¡El mejor de los éxitos!