9 de abril de 2012

Josefina no es Messi; su campaña, con todo en contra

Jaime Duarte Mtz.


Tras los cambios realizados hoy en el equipo de campaña de la candidata del PAN a la Presidencia de la República con la incorporación de nuevos liderazgos y la redefinición de su estrategia electoral, subsiste la pregunta: ¿Podrá Josefina Vázquez Mota recuperar el tiempo perdido en su campaña tras su "viacrucis" de Semana Santa? Más aún, el "golpe de timón" que anunció ¿será suficiente para lograr reposicionarla en la contienda frente a Peña Nieto como una mujer competitiva y digna del cargo al que aspira?


Si aceptamos la metáfora de que una campaña política es una "guerra electoral" -como señalan los expertos en el tema José Adolfo Ibinarriaga y Roberto Trad Hasbun- entonces "Chepina" y el panismo cedieron terreno a sus competidores en varios frentes tras sus propios tropiezos. Y apenas arranca esta "guerra", ¡ya hubo bajas!


Una muestra clara de lo anterior lo fue el crecimiento en las preferencias de Peña Nieto según las últimas encuestas, como también de López Obrador (quien se acercó unos puntitos al PAN). [Ver la "encuesta de encuestas" de ADN Político: http://www.adnpolitico.com/encuestas].


Vamos a poner atención en los ajustes importantes que, se afirma, realizó en los distintos Frentes Estratégicos de Batalla Perceptual (como así he denominado), por ejemplo, en el posicionamiento de su imagen personal, en comunicación, en la propaganda, en la propuesta, en el discurso, en la logística, en la estructura de organización, etc. De este modo sabremos si el PAN desea recuperar el terreno perdido en la mente del elector y mostrar a Vázquez Mota como una mujer competitiva, fuerte y dispuesta realmente a ganar. (A propósito: No se entiende el por qué del lema "DIFERENTE").


Así, Josefina y el albiazul enfrentan el mayor reto de su vida en aras de retener el poder, con todo en contra:


- Coordinar inteligentemente los esfuerzos, talentos y liderazgos panistas (¿reúne Roberto Gil Zuarth ese perfil? Hay muchos "generales" en el cuartel de la colonia Del Valle)
- Mostrar mayor poder de convocatoria y entusiasmo en su campaña (si los "fans" se van del estadio azul cuando su estrella comienza a cantar, pues...)
- Recuperar la confianza de su "voto duro" (no están del todo convencidos acerca de su candidatura)
- Atraer el voto de los "indecisos" (más de 8 millones de nuevos votantes, respecto a 2006)
- Cerrar heridas y filas en el panismo todo (ante la división, apatía y rebelión internas; requieren más "tropa" y está harta)
- Saber "vender" o comunicar a la ciudadanía los logros del Gobierno federal (ciertamente ha habido aciertos, no sólo fracasos; hacerlo sin romper con Calderón y comunicar tampoco continuidad)
- Enfrentar el trato desigual de los medios (como Televisa) y la crítica agria de los líderes de opinión (que se han mostrado más duros en las fallas de Josefina y de su equipo, en comparación con los yerros de Enrique Peña, Andrés Manuel y, aún, de Quadri)
- Alcanzar y rebasar en las preferencias electorales a Peña Nieto (había venido aumentando en las encuestas tras su triunfo en la contienda frente a Cordero y Creel, pero hoy hay casi 20 puntos de distancia)
- Convencer finalmente a la opinión pública y al electorado nacional (más de 79 millones de votantes) de que ella será la primera mujer que se siente en la Silla Presidencial.


Y todo esto conseguirlo ...¡en dos meses y tres semanas!


En efecto, Josefina no es Messi y el PAN no es el Barcelona (que sí podrían alcanzar al Real Madrid en su lucha por el título, dada su poderosa "máquina" futbolística). En un escenario ideal podrían ganar y consolidar la transición a la democracia si superan dichos obstáculos en su camino hacia Los Pinos.


¿Lo lograrán? Yo francamente lo dudo.



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