Jaime Duarte Mtz.
Socio Director Y Consultor en Imagen y Reputación SIGNUMS
@JaimeDuarte
La lucha intestina por la dirigencia del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional entre Ernesto Cordero y Gustavo Madero ha venido a desgastar la ya de por sí maltrecha imagen del otrora auto llamado "gobierno del bien común".
Más aún, cuando se esperaba que ambos contendientes trazaran en su campaña interna, al menos, ciertas rutas por dónde sacar al panismo de su profunda crisis y, más aún, aprovecharan el difícil contexto actual para cuestionar, por ejemplo, la política económica de Peña Nieto, los "herederos" de Manuel Gómez Morín se olvidaron de los principios de doctrina, del compañerismo, del decoro y la ética y se lanzaron a la denostación; se dijeron y aventaron de todo (con razón y sin razón). Con ello se agudiza más el deteriorado prestigio del PAN.
La guerra de lodo entre las dos "prestigiadas" figuras tiene un costo aún difícil de determinar, pero dentro de las filas albiazules está claro que, tras el desastroso debate celebrado hoy en su sede nacional el daño que se propiciaron dichos pugilistas acentuó los odios, los rencores y la división al interior. ¡Vaya operación cicatriz que van a requerir tras el 18 de mayo! Sumado a las innumerables fallas registradas en su transmisión en vivo por Youtube me llevan a calificar el encuentro también de vergonzoso; reflejo fiel de lo que sufren adentro.
¿Y dónde quedaron los ideólogos del panismo tradicional? ¿Qué pasó con los argumentos poderosos y la retórica seductora? ¡Pura descalificación! ¡Brillaron esta noche por su ausencia las propuestas serias para hacer de Acción Nacional un partido viable, competitivo y ganador!
El debate -lo había yo anticipado- no ayudaba en nada al panismo en su propósito ideal de recuperar la confianza ciudadana y restablecer el propio ánimo de sus miembros activos tras la debacle de 2012. Fue un error haberlo realizado e intentado transmitir dada el encono entre los contendientes. ¿Capacidad de autocrítica? ¿Transparencia? ¿Vida democrática? Tonterías; los desgastó más.
Proclamar a un ganador, por tanto, entre corderistas y maderistas resulta francamente ridículo y pueril, si bien Madero hizo un mejor papel técnico que su rival en materia discursiva e imagológica. (Previo al debate Madero aventajaba a Cordero, según investigación demoscópica de Parametría. Ver. Pero una encuesta telefónica de MAS Consulting Group señaló que ganó Cordero con un 67%. Ver aquí.) Más bien, en mi opinión ganó el PRI y creció la depresión ciudadana que consideraba al PAN como la opción "menos mala".
Hoy no se ve por dónde esta "fuerza" política que lograra la alternancia en el 2000 pueda salir del descrédito ante la opinión pública; es un partido totalmente desdibujado y percibido tristemente ya como "corrupto" (por el tema de los "moches", o bien, por las presuntas implicaciones de panistas importantes en el escándalo de Oceanografía).
En conclusión: Gane quien gane la elección interna del 18 de mayo próximo, ni Madero ni Cordero son líderes capaces de garantizar la unidad del panismo; no tienen el carácter necesario ni la humildad para reconocer y superar errores; no saben escuchar; carecen de visión y no convencen al panismo ni muestran ofertas atractivas que logren persuadir a la militancia de acompañarles plenamente en su gestión los próximos tres años. No son transformadores.
EL PAN sigue hoy, pues, mal y de malas. La marca está devaluada y su reputación política debilitada. Requiere de mucho trabajo e inteligencia de sus mejores hombres y mujeres para recuperar la confianza ciudadana. ¿Lo logrará antes de las elecciones intermedias de 2015?
www.JAIMEDUARTE.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario