5 de abril de 2015

La imagen política deteriorada del PRD

Por Jaime Duarte Mtz.
Socio Director de SIGNUMS Imagen y Reputación
@JaimeDuarte
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Desde sus orígenes en 1989 como fruto de la convergencia de distintas agrupaciones y organizaciones de izquierda, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) llevó en su naturaleza el germen de su división. Pese a que el Frente Democrático Nacional cohesionó a la izquierda mexicana en torno a Cuauhtémoc Cárdenas, y representó un duro desafío al sistema en los comicios de 1988, hoy se encuentra muy enfrentada y fragmentada.
     Si bien la nefasta gestión del gobernador perredista Ángel Aguirre en Guerrero aceleró su descomposición interna tras los lamentables sucesos de Iguala (por los 43 normalistas de Ayotzinapa), la opinión pública cuestionó desde mucho tiempo atrás las luchas intestinas en el Sol Azteca expresadas en las llamadas "tribus" (adjetivo acuñado por Pablo Gómez). Hoy, los líderes de sus corrientes (de ideología trotskista, maoísta, leninista, marcusiana, etc.) se han ido y han criticado agriamente la falta de democracia interna, como el respaldo del CEN a las reformas emprendidas por el presidente Peña Nieto.
     ¿En qué partido en México se había visto que sus fundadores, dos candidatos presidenciales y tres Jefes de Gobierno del DF, abandonaran la organización que los impulsó? Las razones para marcharse, se deduce, debieron haber sido demasiadas.
     Figuras destacadas como Cuauhtémoc Cárdenas (quien convoca hoy a formular una "nueva" Constitución), Andrés Manuel López Obrador, Porfirio Muñoz Ledo, Ricardo Pascoe, Jorge Alcocer, Heberto Castillo (+), Rosario Robles, Ramón Sosamontes, Marcelo Ebrard, entre otros, renunciaron en su oportunidad al PRD y se sumaron a otras fuerzas políticas, o bien, se retiraron de la vida partidaria. La mayoría de ellos acusó en su momento a la "tribu" de los "Chuchos" (Jesús Ortega, Jesús Zambrano y Carlos Navarrete), la corriente dominante, de impedirles ocupar más posiciones en el Congreso y de cerrarles el paso en los distintos órganos del Comité Ejecutivo Nacional.
     Hasta la fecha se conocen las siguientes "tribus": Movimiento por la Democracia (liderada por Pablo Gómez); Movimiento Cívico o "los cívicos" (de Mario Saucedo); Red de Izquierda Revolucionaria (de José Antonio Rueda); Unidad y Renovación (de Armando Quintero); Nueva Izquierda o "los chuchos"; Izquierda Social (escisión de Izquierda Democrática Nacional, de Alejandra Barrales, y apoyo político de Ebrard); Alternativa Democrática Nacional (de Héctor Miguel Bautista); Foro Nuevo Sol o "los amalios" (de Amalia García), e Izquierda Democrática Nacional (de Dolores Padierna, René Bejarano y Agustín Guerrero, con más de 500 mil miembros). Esta última corriente anunció la semana pasada que buscará constituirse en una agrupación política nacional y luego en un nuevo partido político en 2018, para separarse, posteriormente, del PRD. (Recomiendo ver en el diario Excélsior el artículo: "Agobia al PRD guerra de sus tribus; piden que dejen de ser grupos de presión", aquí).
     Pero sin duda alguna la fractura y ruptura más honda en el perredismo la constituyó la salida de López Obrador para dirigir el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), partido político ya que -afirman sus miembros- colocará al "peje" en la Silla Presidencial en 2018. Lo cierto es que dicho instituto político va en ascenso en el País.
     Por ahora las preferencias electorales federales de cara a los comicios del 7 de junio próximo encendieron los focos rojos en el PRD, donde se ubican en el tercer lugar muy lejos del PAN y del PRI. Es probable que pierdan al menos un par de Delegaciones en el Distrito Federal y la gubernatura del estado de Guerrero. Aunque conservarán los municipios importantes de Texcoco y Nezahualcóyotl en el estado de México, lo cierto es que el perredismo parece herido de muerte. Su percepción de partido rijoso, corrupto y antidemocrático probablemente le lleve -dicen algunos- a perder hasta el registro, o bien, a ser rebasado por el Partido Verde, pero ya se verá el tamaño de su crisis política en las urnas.
     Le invito a seguir de cerca las campañas políticas que, a nivel federal y en algunas entidades, hoy inician. Serán un termómetro interesante para medir el grado de deterioro electoral del PRD, el rechazo social a la administración del gobierno actual, y el avance o no del PAN. 
     ¿Usted que puede anticipar?

     

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